No es que las cosas hayan
cambiado mucho,
es que el mundo se ha dado
la vuelta,
nos ha puesto a jugar
a
la gallinita ciegay no paramos de buscar
y buscar
un improvisado camino
que nos enseñe un nuevo
norte
vestido de piel blanda
y redonda
con olor a talco
y a desayunos.
1 comentario:
Que tantos digustos nos dan,
pero que nos quitan tantas penas...
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