Foto: Nuria Mezquita
Es en tu ausencia cuando persigo la postura de tus zapatillas y ninguna me parece lo suficientemente correcta para hacer honor a tus pies desertados. Las miro, las remiro, las observo, las detesto, las grabo en mis ojos cerrados y húmedos, nunca las toco, no quiero moverlas, no quiero borrar lo poco que queda en ellas de tu rastro, tus huellas, los pasos marcados en la mezquindad del dormitorio, no quiero romper la silueta de tu último cambio de pantalones, a mi lado, tu último despertar, a mi lado, tu último calcetín descosido, a mi lado… Todavía puedo leer en ellas cada dedo, cada apéndice como un fantasma sobre la goma, cada uno se asoma escupiendo un reproche, en blanco, como mi cabeza, en blanco, como mi almohada, en blanco,
como el deseo.
2 comentarios:
tranquila, el domingo toca zafarrancho de limpieza y se borran casi todas las huellas, se evaporan casi todos los fantasmas. incluso, a veces, el deseo
Prefiero la lejanía y la carencia, a la ausencia de deseo.
Besos.
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